Desde que se describió por primera vez el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (sida) en el año 1981, la salud de las personas con VIH ha mejorado notablemente por los avances en los tratamientos antirretrovirales, convirtiendo esta condición de salud en una enfermedad crónica más.
Sin embargo, estos avances sanitarios no se han acompañado de los avances sociales y laborales necesarios. En el mundo laboral se siguen produciendo situaciones discriminatorias relacionadas con el VIH: desde el despido en el momento en que se tiene conocimiento de la seropositividad de un trabajador, a la no contratación por miedo a la transmisión.
La educación es una herramienta preventiva de primer orden para evitar contraer el VIH y eliminar la discriminación. Todos somos responsables (empresarios, trabajadores y sindicatos) y debemos aunar nuestros esfuerzos para conseguir un clima social positivo y un trato justo y efectivo que mejoren la calidad de vida y de trabajo de las personas que trabajan, así como la productividad y la creatividad en nuestras empresas.
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Instituto Nacional Seguridad e Higiene en el Trabajo (ESP)
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