Desde hace algunos años, cuando la crisis comenzó a significarse entre la cantera de profesionales prometedores que han tenido que marchar allende nuestras fronteras o que siguen luchando por volver a entrar en el esquivo y arisco mercado laboral que una vez les acogió, parece que el talento se ha convertido en una rara avis, igualmente oculto a los ojos de muchas empresas temerosas de hacer demasiados movimientos, en un momento donde hacer acopio de talento parecía poco productivo a corto plazo, con el fin de sobrevivir a las dificultades de un mercado exhausto y con pocas alternativas.
Hace bastante tiempo que los ciudadanos están curtidos en los cantos de sirena que en ocasiones nos llegan de los expertos en ser expertos habituales, diciéndonos cuando la crisis se acaba, o comienza, o vuelve a renacer de sus cenizas. Por eso es difícil darse cuenta del instante en que las promesas de un viento a favor pueden de veras transformarse en un golpe de timón hacia un futuro prometedor.
Aun así, ya hay razones para pensar en el 2015 como un año no sólo decisivo (¿Cuándo no lo es?) en términos políticos o institucionales sino que viene empujado por una marea que a buen seguro será el acicate para que muchos profesionales redefinan sus prioridades en aras de la productividad, del cambio hacia el éxito en la empresa, la que lucha por mantenerse a flote con los mínimos recursos.
2015: el año del talento.2 Sin más rodeos. 2015 es el año del talento. Talento con mayúsculas, sin ambages, decidido, talento que viene con la lección aprendida, con nuevas ideas, con ganas de romper esquemas, con la fuerza suficiente para empezar a considerarnos afortunados, para ser competitivos no sólo en términos macroeconómicos sino en la base del futuro: el día a día.
¿Qué razones son esas? Podría ser el año de cualquier otra cosa, el de la responsabilidad social, el de los emprendedores, el de la solidaridad o quizás el año del cambio sin más. Todos esos conceptos son válidos, pero será el talento, el que ha permanecido agazapado unas veces y decididamente oculto a los ojos de muchas empresas en otras, el que va a redefinir nuestras relaciones profesionales en términos de objetivos, competitividad y hambre de éxito…./….
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