la fabula

En un escenario de convivencia entre generaciones, los que pertenecen a la de los ‘Boomers’ (1946-1965) deben cohabitar con los ‘Millennials’ (1980-1995) y ajustar sus visiones e intereses profesionales.

Cuando los Millennials (los nacidos entre 1980 y 1995) llegaron al mundo del trabajo, sus antecesores, los de la Generación X (nacidos entre 1965 y 1980), los recibieron con cierto escepticismo. Pero los Baby Boomers (entre 1946 y 1965), que son los que ya están muy cerca de la jubilación, no lo hicieron mucho mejor, y los tildaron de arrogantes y de genios a partes iguales. LosMillennials no pasan desapercibidos en las organizaciones: sus altas expectativas y su pasión por lo que hacen han cautivado a más de uno. Otros piensan que adolecen de la humildad que caracterizó a las generaciones anteriores y que ahora se percibe entre los jóvenes que les suceden.

Brynne Herbert Millennial, fundadora de Move Guides, una compañía de recolocación, y asidua del FT con su columna mensual The Millennial v Boomer y la también columnista que firma con el seudónimo de Mrs. Moneypenny Boomer, fundadora y responsable de una empresa de selección de ejecutivos debaten sobre las relaciones de ambas generaciones en las empresas, centrándose en qué es lo que más motiva a cada una, sobre todo desde el punto de vista financiero.

La perspectiva de la ‘generación Y’

Brynne Herbert recuerda que más de la mitad de la población activa está constituida por Millennials, y que ellos son los empleados menos leales que puede contratar una empresa.

Los jóvenes profesionales suelen preguntarse qué es lo que su empresa puede ofrecerles, y las compañías deben reflexionar seriamente sobre la respuesta a esta pregunta, si es que quieren reducir el número de empleados que entra y sale, perjudicando a las organizaciones.

Más que salarios y pensiones, los ‘Millennials’ valoran que merezca la pena ir al trabajo cada día

La respuesta no es siempre sencilla. Los días de generosos planes de pensiones y salarios altos ya quedaron atrás. Incluso en el caso de que una empresa pueda ofrecer una buena pensión y una excelente retribución, la mentalidad ha cambiado tanto que es poco probable que esas ventajas consigan a cambio la eterna lealtad de los Millennials.

En lugar de las pensiones fiables que los empleados esperaban recibir en el futuro, los trabajadores actuales esperan más bien que merezca la pena ir a trabajar cada día. Eso significa que la empresa ofrezca incentivos que van desde los cheques de comida hasta la posibilidad de llevar la mascota al trabajo, pasando por ayudas de transporte u oportunidades para llevar a cabo proyectos en el extranjero.

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